Bufonada sobre la ciencia

Cuando el año finaliza analizar la evaluación que hacen los ciudadanos sobre sus instituciones y grupos sociales es, cuanto menos, llamativo. Las encuestas repiten año tras año que son los científicos el grupo social mejor considerado (a veces junto a los médicos). Incluso, he llegado a pensar que hasta nuestros banqueros, economistas y políticos aprueban el desempeño de nuestras funciones. No se confíen, se trata de un simple espejismo. Cuando llega el momento de la verdad, esto es, a la hora de reflejar las inversiones en ciencia se puede comprobar en el BOE que rebajan en un 15% lo que destinaban a la ciencia el año anterior. El descuento más alto que se ha experimentado en este año de crisis.

Con tantos millones de parados y muchos de ellos viviendo al límite de la humillación, es de agradecer que una gran proporción de ciudadanos nos tenga en tan buena estima. Pero para las fuerzas vivas que gobiernan nuestras haciendas no creo que los investigadores representen y merezcan algo más que un guiño de sorpresa en su guión vital. Así, las grandes preocupaciones que sienten actualmente es esmerarse en cumplir el programa diseñado por la Sra. Merkel. Pero, para mi asombro, veo que nunca le han preguntando a la canciller por qué ellos emplean el 2.7% de SU Producto Interior Bruto (PIB) en Ciencia y por qué allí los incrementan en épocas de carencias fiduciarias para así poder mantener en su país los fundamentos de cualquier apuesta ganadora para el desarrollo de una nación. ¿Son acaso despilfarradores los países de la UE que dedican el 2% de sus PIBs a la Ciencia y sus aplicaciones? Aquí, hemos llegado a alcanzar el 1.3% y ahí nos hemos detenido.

Comprendo que muchos de los miembros del gobierno que ahora disfrutamos han estado profundamente ocupados en sus oficinas internacionales de evaluación, que aún no sé para que valen, o en dirigir grandes entidades como el Fondo Monetario Internacional. Pero, es una pena que cuando vuelven a casa no hayan aprendido a curiosear en eso que llaman I+D+i, que es el principal resorte de progreso en este mundo que devoran las finanzas.
Es por todo eso, que además de hacer llegar al ciudadano medio nuestro agradecimiento por creer en la ciencia conviene que los gobernantes hagan un breve Máster sobre las tan esquemáticas y repetidas cosas que aquí digo, como es no estar de espaldas a los países avanzados. De lo contrario seguiré pensando que glosar en mítines a la Ciencia y despreciarla cuando se está en el poder es tomarla por una extravagancia e incluso duele que se llegue a pensar que los asesores científicos de doña Merckel I de Alemania y V de España son muy tontos al no ahorrar en I+D mientras los mentores de nuestros ministros son muy listos al recomendar esa bufonada del ahorro indiscriminado hacia la investigación científica.

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