La paranoia persiste en las víctimas de un asalto meses después del ataque
- Europa Press
- marzo 27, 2013
- Ciencias Sociales
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Ser asaltado o atacado al azar en la calle a menudo deja a las personas paranoicas y desconfiadas de los demás mucho tiempo después del ataque, según un estudio publicado en Psycological Medicine. La investigación, financiada por ‘Wellcome Trust’, en Reino Unido, pone de relieve una consecuencia de un asalto físico que ayudará en la terapia para aquellos que buscan ayuda.
En el estudio, cuatro de cada cinco víctimas informaron que desde el asalto eran más temerosas de la gente de lo que querrían ser, además de que se identificó lo que llevó a la duración de la desconfianza excesiva en los siguientes seis meses. Ser atacado cerca de su casa, sentirse derrotado en el tiempo, preocuparse excesivamente, tener la sensación de falta de apoyo de los demás y dificultades para dormir fueron los temores paranoides que puede haber en la mente de esas personas.
Es bien sabido que el ser asaltado físicamente puede conducir a síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), pero este es el primer estudio en evaluar los sentimientos de paranoia, una desconfianza excesiva de otras personas en los meses posteriores a un ataque, según los autores, quienes encontraron que los temores de las víctimas acerca de su atacante a menudo se propagan a otras personas, de tal manera que se había convertido en desconfianza hacia muchas personas a su alrededor.
La mitad de los participantes en la investiación dijo que desde que el asalto se sentía temeroso de todas las mujeres, dos tercios afirmaron que se encontraban temerosos de todos los hombres y uno de cada diez poseía niveles muy altos de paranoia en los meses después del asalto. El estudio siguió a 106 personas que habían asistido a un hospital con heridas leves después de un asalto físico y les monitorearon durante los siguientes seis meses sobre sus síntomas de trastorno de estrés postraumático y paranoia
Estas personas sufren temores
La paranoia se evaluó de múltiples maneras por los psicólogos del estudio. Usaron libre presentación de informes, con cuidado de entrevistar a los evaluadores entrenados y una prueba de realidad virtual innovadora para monitorear cómo los participantes perciben caracteres neutros informáticos. El equipo demostró temores incluso transferidos a las representaciones virtuales de la realidad informática de las personas.
El profesor Daniel Freeman, de la Universidad de Oxford, que dirigió el estudio cuando estaba en el Instituto de Psiquiatría del Kings College de Londres, dijo: “Es muy comprensible que el hecho de haber sido atacado nos hace desconfiar de la gente de nuestro alrededor. Cuando estamos demasiado desconfiados es una forma de paranoia”.
En este sentido, explica que puede ser un cambio normal temporal en la manera de pensar después de ser víctima de un ataque, pero el peligro de tales pensamientos es aislarse, cerrarse a los demás y pasar el tiempo pensando sólo en lo peor. Así, el equipo identificó varios factores clave, tanto durante como después del asalto, que hicieron más probable que los temores paranoides se mantuvieran.
“Durante la última década, se ha avanzado mucho en la comprensión de los factores que predicen quién va a desarrollar trastorno de estrés postraumático después de un asalto y esto ha ayudado a mejorar la eficacia de los tratamientos psicológicos. El hallazgo de que muchos de estos factores también predicen paranoia abre nuevas vías para el tratamiento”, afirma Anke Ehlers, experta en estrés postraumático en la Universidad de Oxford (Reino Unido).
“Tradicionalmente se creía que el pensamiento paranoico era raro en las secuelas de un ataque y se pensaba que la paranoia sólo ocurría en los casos graves de trastorno de estrés postraumático. Sin embargo, los temores de otras personas podrían ser en realidad típicos en los casos de personas que han sido atacadas. Y es mucho más probable que los pensamientos paranoicos se mantengan en función de cómo respondemos durante y después del ataque“, concluye Freeman.
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